MACHISMO Y VIOLENCIA LAS ENSEÑANZAS BÁSICAS EN LAS ESCUELAS DE FORMACIÓN MILITAR Y POLICIAL EN BOLIVIA

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La creciente ola de violencia contra mujeres en Bolivia pone al descubierto nuevamente la decadencia del ciclo masculino. El avance y empoderamiento de lo femenino en los diversos ámbitos y espacios de la sociedad y el poder público, han colocado a lo masculino en jaque mate; y es lógico que lo más trastornado de este ciclo reaccione de forma violenta al verse perdido.

Todos los libros de historia nos hablan de luchas y guerras; de hombres luchadores, de guerreros y soldados. Al parecer la máxima creación del ciclo masculino es lo bélico (Policía y FFAA), el cancerbero natural.

En las escuelas militares, policiales y en los cuarteles se imparte enseñanzas fuertemente cargada de machismo y violencia, solo es necesario escuchar las experiencias y anécdotas de conscriptos que realizan su servicio militar.

El machismo se marca de manera muy clara en las instituciones de formación miliar y policial en Bolivia: “Te comportas como una madre” es un insulto común para los que hacen la mínima seal de sensibilidad. Por lo tanto, se tenía que aprender a vivir sin sentimientos.

Por ejemplo, uno de los castigos según un ex conscripto consistía en vestir a un soldado con una pollera y hacerle caminar delante de sus compañeros. De esta manera se mostraba un símbolo de doble desprestigio: de ser mujer y de ser indígena.

Otro antiguo recluta relata: mi sargento nos preguntaba gritando: “¿Alguien está pariendo?” cuándo un soldado estaba sufriendo y se quejaba bajo un castigo colectivo.

En todos los insultos, había una referencia y comparación con una mujer. Toda denominación ligada a cualidades femeninas (delicadeza, ternura, sutilidad, etc.) eran consideradas como desprestigio e inadecuado dentro el cuartel.

Estas instituciones a la vez fomentan un clima de violencia. Los pensamientos giran alrededor de las armas, matar al enemigo, engañar al adversario, ser más fuertes. Hasta la diversión está ligada a la violencia. Los conscriptos se divierten con maltratar al compañero. Este clima de violencia se reproduce constantemente. Los soldados abusados en sus primeros meses del cuartel después abusan con la misma crueldad a sus sucesores.

En los cuarteles la violencia se reproduce especialmente contra las mujeres. Esto tiene una relación obvia con la cultura machista que reina en las Fuerzas Armadas y la Policía. Si son exactas las estadísticas que manejan algunas ONGs, entonces el 70% de los feminicidios tienen como autores a miembros de la policía y del ejército. Está innegable la influencia de la formación violenta en la vida civil. Transformar las Fuerzas Armadas en fuerzas del Vivir Bien sería un gran paso hacia una sociedad menos violenta.

Por: Boris Bernal Mansilla